jueves, 18 de septiembre de 2008

A LOS PIES DEL MAESTRO


Siéntate a los pies del Maestro y no preguntes nada.
El tiene una palabra para cada inquietud.
Una solución para cada problema: consuelo para tu tristeza,
Alivio para tu dolor, luz para tu oscuridad, ayuda para tu necesidad.

Siéntate a los pies del Maestro, y recoge sus palabras en el silencio
de tu corazón. Sus palabras serán como bálsamo refrescante y como
lluvia que desciende a besar la tierra reseca y sedienta.

Siéntate a los pies del Maestro y guarda silencio.
El sabrá lo que tiene que decirte. Deja que Ėl te hable, no le interrumpas.
Sabes escuchar cuando se esta a los pies del Maestro es mejor que hablar.
Aquiétate, tranquilízate y su palabra llegará a tí como el silbido apacible y delicado.

¡Una sola hora los pies del Maestro!

¡Cuántos bienes trae el corazón!
¡Qué de pesadas cargas alivia nuestro pecho y cuantos
terrenos secos renuevan sus frescor!

Y cuando hayas escuchando sus palabras
Podrás seguir tu camino. Podrás así enfrentarte a las tareas del Día.
Recuerda pues, que has hablado con tu Maestro y que Ėl mismo te conduce de la mano.

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